Las crisis forman parte del ciclo evolutivo de la pareja. Como toda crisis puede acrecentar el principio de un desarrollo mejor de la relación, pero también puede significar el principio de una futura ruptura.
Lo importante es saber cómo responder ante el surgimiento de una crisis. En ocasiones el espacio delimitado por ambos es insuficiente para encontrar los significados y las acciones adecuadas para su resolución. Ampliar el espacio con otros miembros de la familia, amigos, consejeros puede resultar también insuficiente al desconocer aquello que se está poniendo en juego en la crisis. Un espacio externo como es la consulta a un profesional o el trabajo de un proceso terapéutico seguro puede aportar los resultados adecuados para su comprensión y superación.
Al igual que la mayoría de las veces consultamos a un especialista médico un leve síntoma que experimentamos en nuestro organismo, también en este organismo psíquico o relacional que constituye la pareja es importante la consulta temprana antes que la grieta o el roto en la relación aumente y sea más difícil su restauración.
Son muy numerosas las ocasiones que se pueden suscitar crisis de pareja, algunas relacionadas con el ciclo vital: fin de la etapa de enamoramiento, decisiones sobre los hijos, relaciones y posición ante las familias respectivas, desarrollos profesionales divergentes y diferentes, jubilación, etc. Y también la aparición de acontecimientos inesperados que remueven los cimientos que se tenían establecidos y generan inseguridad y dudas en la relación.
En todos los casos la consulta temprana a un psicólogo especialista de pareja puede resultar de gran ayuda para afrontar la crisis y conseguir un nuevo equilibrio sano y productivo.