El término resiliencia está inundando nuestras vidas. Las publicaciones en redes sociales citando este término, para muchos desconocidos, está a la orden día. Sin embargo, ¿sabes qué significa? La resiliencia según la RAE (Real Academia Española de la Lengua) es la capacidad que tiene el ser humano para asumir con flexibilidad situaciones límite. Así como sobreponerse a las adversidades.
No obstante, en el ámbito de la psicología se añade que no solo gracias a la resiliencia somos capaces de afrontar situaciones traumáticas, también podemos salir con más fuerza de ellas. La resiliencia supone una reestructuración de nuestras capacidades psicológicas en función de las nuevas circunstancias y necesidades.
¿Qué características tiene una persona resiliente?
- Es consciente de sus limitaciones y potencialidades: Las personas resilientes tienen un profundo conocimiento propio y ese autoconocimiento es tu mejor arma. Asimismo, estas personas pueden marcarse metas más objetivas puesto que conocen los recursos de los que disponen para conseguirlas.
- Tienen más creatividad: En este caso, las personas resilientes no optan siempre por resolver el problema de la forma que saben que se soluciona. Piensan y optan por diferentes caminos para conseguir su objetivo.
- Ven en la dificultad una oportunidad para el aprendizaje: La capacidad de reponerse a las dificultades no sería tan sencilla para estas personas si no aprendieran de cada error que han cometido. Las personas resilientes aprenden de cada dificultad que han sufrido.
- Ven de forma objetiva la vida, pero siempre optimista: Dentro del debate de si ser realista, significa ser negativo. Las personas resilientes demuestran objetividad y positividad en cada circunstancia de la vida. No optan por ponerse en el peor de los casos.
Practica la resiliencia
Después de conocer todas las virtudes que tiene una persona resiliente para afrontar las circunstancias de la vida, ¿Cómo podemos ser más resilientes? Bien, primero has de saber que la resiliencia no es una cualidad innata. A pesar de que hay personas más predispuestas a serlo, la resiliencia está en todos y todas y se puede potenciar.
La resiliencia puede surgir del contacto con personas que lo sean. Crecer en un entorno que afronta con actitud los problemas influye a la hora de afrontar en el futuro problemas propios. Por lo tanto, las personas resilientes se construyen a sí mismas. Para ello, es necesario luchar en circunstancias negativas y difíciles. Aprender de esas dificultades e ir gestionando cada vez mejor los problemas que surgen inevitablemente en la vida. Sobre todo, aplicado en los niños es importante dejar que ellos mismos aprendan de sus errores, en lugar de evitar por todos los medios que tengan problemas.