Los hijos desde su nacimiento hasta el final de la adolescencia pasan por diferentes etapas y en algunos casos conlleva la aparición de comportamientos difíciles.
Podemos observar numerosas señales que nos alertan de posibles problemas o desajustes que debemos abordar e intentar reconducir o solicitar ayuda a profesionales especialistas en familia.
No todos los casos requieren una atención o preocupación extraordinaria pues pueden representar conductas de adaptación o tránsito entre diferentes etapas de sus desarrollo personal.
Para darnos cuenta de lo que hay detrás de una conducta difícil y dónde puede haber un problema, podemos estar atentos a:
- Cambios repentinos y bruscos de su conducta o actitud. También en sus rutinas diarias.
- Descenso del rendimiento escolar.
- Sentimientos de tristeza.
- Aislamiento social o en el entorno familiar.
- Aparición de conductas agresivas o desafiantes
¿A qué podemos atribuir esos cambios en su comportamiento?
Como indicábamos en el apartado anterior pueden ser cambios de adaptación y de ajuste en el tránsito de etapas de desarrollo y en poco tiempo y tras ese ajuste volver a la normalidad.
Pero en otros ocasiones son una respuesta a cambios en su entorno más cercano que no pueden ser asimilados o elaborados por los hijos. A modo de ejemplo podemos enumerar alguno de ellos:
- Cambios en su entorno familia: nacimiento de un hermano, separación o divorcio de los padres, discusiones en la familia, enfermedades graves o problemas laborales.
- Cambios en su entorno académico: bullying, relaciones con iguales, malas calificaciones.
- Cambios en su entorno social: problemas con amigos y colegas, consumo de sustancias, etc.
En las primeras etapas de la vida la falta de seguridad, la limitación en su capacidad de explorar su entorno puede hacer surgir en los más pequeños reacciones alteradas en su comportamiento. Más adelante la satisfacción de los deseos, las restricciones en las salidas con amigos o quedarse en casa sin una razón o explicación adecuada, pueden ser causas de cambios comportamentales.
¿Qué hago si mi hijo tiene un comportamiento inadecuado?
En primer lugar observemos y analicemos si se han producido cambios significativos en aquellas áreas en las que los hijos se mueven y que ya hemos comentado en el aparatado anterior: familia, hogar, escuela, amigos, etc.
Esto nos lleva a una conversación cuando tienen un nivel de comunicación capaz de comprender y expresar aquello que les pasa e intentar reducir o contrarrestar los cambios que se han producido y que afectan a los hijos.
Significa mostrar una actitud empática hacia ellos, tratar de hablar con nuestros hijos con el objetivo de que puedan expresar sus sentimientos e inquietudes, que puedan explicar por qué están actuando de esa manera. Conversar y mostrar interés y comprensión por sus problemas cuidando y manteniendo la confianza en ellos.
Transmitirles nuestro cariño y consideración dejando claro que mantenemos el aprecio hacia ellos pero reprobamos los comportamientos inadecuados.
En muchas ocasiones podemos conseguir restablecer el comportamiento de los hijos a niveles aceptables pero en otras ocasiones es aconsejable consultar con especialistas y aportar una visión desde fuera del marco familiar.
En Crescere Psicólogos contamos con especialistas en terapia familiar y podéis contactar y visitar nuestra consulta en barrio de Salamanca.